ALOJARSE EN UNA VILLA CON HISTORIA
La historia de El Patio del Nogal comienza en el siglo XVI
CON ELEMENTOS DE LA ARQUITECTURA AUTÓCTONA Y AUTÉNTICOS TESOROS COMO SUS BELLAS ALBERCAS Y JARDINES.
Desde el principio queríamos respetar la herencia y la esencia de un lugar tan especial. Líneas sencillas combinadas con los materiales más actuales para crear un ambiente de absoluta comodidad.
Una relación de total confianza con los artesanos locales y una colaboración estrecha con nuestros maestros de obras han dado como resultado un complejo rural
de líneas tradicionales pero refinadas, verdaderamente únicas y en armonía tanto con la naturaleza como con el resto de la arquitectura de un pueblo tan especial.
Al llegar a las villas uno siente inmediatamente la calma que emanan y la historia que impregna sus paredes haciendo de la estancia una experiencia sorprendente.
LA VIDA SECRETA DE NUESTROS JARDINES
Salpicados de plantas medicinales desde la Edad Media
Relajarse y dejarse envolver por la naturaleza mientras disfrutas de las exclusivas vistas desde una perspectiva única en pleno centro de Guadalupe. Descansar a la sombra del gran nogal y escuchar caer el agua de las fuentes y la alberca del siglo XVI permite tener una experiencia en nuestra villas de auténtico bienestar y descanso.
Nuestros jardines centenarios proyectados en altura, que antaño fueron la despensa natural de los numerosos hospitales que poblaban Guadalupe,
están salpicados por toda clase de plantas medicinales y árboles frutales.
El espliego, la salvia, los laureles o los naranjos colorean un espacio donde podrás también refrescarte en la piscina mientras admiras la belleza del Monasterio.
SENTIR EL ARTE EN CADA PARED
Manuel Cruz Fernández, maestro del retrato español
Las obras del reconocido pintor onubense decoran cada villa, convirtiéndolas en auténticos pequeños museos donde rendir homenaje al bisabuelo de la familia. Manuel Cruz es el genuino representante en Huelva de la pintura costumbrista, cuyas obras están dotadas de una técnica pulida y una gran visión de la sociedad de la época.
La tradición cuenta que el inicio del trabajo del cobre comenzó cuando el Monasterio colocó en la Edad Media las puertas de este metal. Calderos para mantener el agua caliente junto al fuego, chocolateras o preciosos cántaros trabajados por los maestros artesanos durante generaciones.
NUESTRA TIENDA
Un elogio a la artesanía de los guadalupeños
Una cuidada selección de los productos de la zona al alcance de nuestros huéspedes. Orfebrería, encajes y bordados, cerámica o cestería en mimbre demuestran la destreza de los trabajos manuales que se mantienen aún en las Villuercas.
Los bordados de hechos a mano son auténticas obras de arte realizados tradicionalmente por las mujeres de la zona. Llenos de color y buen gusto sobre mantelerías, paños, juegos de cama o toallas.